La sarna en iguanas o acariasis, (infestación por ácaros) La infestación por ácaros recibe el nombre de acariasis. Los ácaros son insectos artrópodos parásitos que se localizan en la superficie de los reptiles, con mayor frecuencia en ofidios y saurios. Estos son los parásitos externos más comunes en reptiles, la especie que se encuentra más habitualmente es Ophionyssus natricis, principalmente en serpientes; aunque existen descritas más de 250 especies de parásitos diferentes.
Generalmente la sarna en iguanas se produce en animales recientemente importados o en aquellos albergados bajo condiciones ambientales inadecuadas y con mala higiene.
La actividad de estos parásitos va a depender de factores externos como la temperatura, humedad o luminosidad. La temperatura ideal para la proliferación de los ácaros oscila entre 20-23ºC y la humedad idónea entre 50 y 95%.
Incubación
Tras 2-4 días de incubación, las larvas, no parásitas, salen del huevo. A lo largo de su vida, estos ácaros mudan varias veces dando lugar a fases parásitas que se esconde bajo las escamas de los animales alimentándose de su sangre. Cuando las hembras adultas están llenas pueden poner entre 60 y 80 huevos, cerrando de esta manera el ciclo.
Infestación de sarna en iguanas por parásitos
La infestación por este tipo de parásitos puede producir una gran variedad de signos como falta de apetito, pérdida de peso, deshidratación, retención o exceso de muda, prurito, anemia, septicemia, retraso en el crecimiento y alteraciones en la conducta del animal. Además, estos insectos pueden actuar como transmisores de patógenos sanguíneos (víricos, bacterianos o parasitarios).
Los animales afectados por esta enfermedad generalmente presentan un aspecto “sucio”, sin el brillo característico de sus escamas. Una inspección visual minuciosa de la superficie del animal revela la presencia de estos agentes como un punteado negro o rojizo bajo las escamas, en los pliegues de piel, en la región peri ocular o cloacal, la membrana timpánica en saurios, etc., donde pueden resistir mejor las condiciones adversas. También se debe prestar especial atención al terrario en el que habita el animal, revisando la presencia de estos parásitos en juntas, bebederos o refugios para nuestras mascotas.
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Tratamiento
Una vez encontrados, el éxito en la erradicación de esta plaga se basa en la actuación sobre el animal y los objetos del entorno que lo rodean. Los parásitos presentes sobre la piel del reptil son una pequeña parte de los que podemos encontrar en su terrario.
En primer lugar, se debe aislar al animal de otros reptiles, ya que la transmisión entre individuos es relativamente fácil. Los terrarios en los que se encuentren estos animales se vaciarán, limpiarán con agua caliente (50ºC) y lejía, y no deberán usarse con otros hasta pasadas 2-4 semanas desde la última detección del parásito.
Durante el tratamiento, el terrario debe ser fácil de limpiar y desinfectar, por lo que se utilizarán sustratos desechables (papel de periódico, etc.) que se cambiarán 2 veces a la semana.
En infestaciones leves pueden aplicarse tratamientos a base de baños de agua templada durante 30 minutos. También puede cubrirse al animal durante una hora con una capa de aceite de oliva. Nunca se debe aplicar lejía sobre el animal ya que es irritante.
Los tratamientos farmacológicos incluyen la utilización de piretrinas diluidas, permetrinas, triclorfón, ivermectina (no en quelonios) o fipronilo en spray y repetir en 10-14 días. Estos productos pueden emplearse también sobre las superficies del terrario, aumentando así las probabilidades de éxito.
Aun así, la erradicación de estos parásitos es difícil y a pesar de realizar un tratamiento adecuado las reapariciones son frecuentes.
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